sábado, 7 de julio de 2012

El "Derecho al Olvido", visto desde España


El consejero global de privacidad de Google, Peter Fleischer nos aporta su opinión personal sobre el candente tema del Derecho al Olvido. Si bien Google es parte interesada en esta controversia, sus argumentos no dejan de ser lúcidos y clarificadores.
Traducción libre del post de Peter Fleischer 20110905
 
El "Derecho al Olvido", visto desde España

Me gustaría compartir algunas reflexiones personales sobre una interesante serie de casos judiciales que están pendientes en España, enfrentando el “Derecho al Olvido” contra el derecho a la libertad de expresión. El New York Times se hizo eco de este debate hace poco. En dos palabras: estos casos suscitan la cuestión de si la gente puede exigir que los motores de búsqueda borren contenido de sus índices, incluso aunque el contenido sea veraz y el sitio web de un tercero que lo publicó tenga derecho a publicarlo (por ejemplo, los periódicos).

Prácticamente todo el mundo emplea motores de búsqueda para encontrar información en la web. Existen hoy en día más de un billón de páginas en internet. Para ayudar a que la gente encuentre lo que están buscando en la inmensidad de la web, los motores de búsqueda crean unos índices gigantescos de la web. Los motores de búsqueda son intermediarios, puesto que no crean, seleccionan ni editan el contenido de los sitios web que indexan. Los motores de búsqueda intentan emparejar la consulta de búsqueda de un usuario con los resultados de búsqueda que sean relevantes con más probabilidad, usando unos complicados algoritmos para ordenar la probable relevancia de un página web concreta. La inmensa mayoría de los sitios web desean aparecer en los índices de los motores de búsqueda, pero si no quieren resultar incluidos en el índice pueden usar una simple herramienta denominada “robots.txt”, para excluirse de ser indexados por todos los principales motores de búsqueda.

Muchos sitios web publican información sobre personas, y a veces esta información puede herir el sentido de privacidad o reputación de una persona. Por ejemplo, sitios web gubernamentales o periódicos pueden publicar información sobre condenas penales o acusaciones o malas prácticas médicas. Las personas que sientan que esa información acerca de ellas fue publicada equivocadamente por estos sitios web siempre pueden solicitar que se rectifique o se cancele. Pero los periódicos y los sitios web gubernamentales por lo general habrán publicado esta información de manera legal, e incluso puede que vengan obligados a publicarla, o puede que estén ejercitando su derecho a la libertad de expresión. Los motores de búsqueda intermediarios, Google y otros motores de búsqueda, no juegan ningún papel en lo que estos sitios web publican, ni deciden sobre si deberían revisar o quitar contenido basado en una reclamación de privacidad de alguien contra ellos.

Por eso creo que está mal que la Agencia Española de Protección de Datos haya lanzado más de cien diferentes acciones legales de privacidad contra Google, demandando que Google borre sitios web de su índice, a pesar de que los sitios web originales que publicaron la información (incluyendo a periódicos españoles y a boletines oficiales gubernamentales españoles) publicaron esa información legalmente y continúan ofreciéndola. La cuestión legal es importante: ¿Deberían ser responsables los motores de búsqueda como Google del contenido de los sitios web que indexan? ¿Debería ser obligado Google a quitar enlaces de su índice de búsqueda, en nombre de la privacidad, incluso aunque los sitios web que los publicaron deseen ser incluidos en su índice de búsqueda y su contenido sea legal? ¿Deberían ser empleados los motores de búsqueda para hacer más difícil encontrar información, por más que la información esté publicada legalmente?

Yo siento una gran simpatía hacia la gente que siente que su privacidad ha sido invadida por un sitio web que publique información sobre ellos. Pero no se debería solicitar a los motores de búsqueda que borren enlaces a contenido legal que ha sido publicado por un sitio web de un tercero. A estos casos se les ha aludido dentro del “derecho al olvido”. En realidad, estos casos no versan sobre borrar o “olvidar” cierto contenido, sino sobre hacer más difícil encontrar ese contenido. Estos casos harían imposible para los usuarios emplear motores de búsqueda para encontrar contenido que de todas formas continúa existiendo en la web.

No es difícil imaginar las consecuencias negativas sobre la libertad de expresión, si a los motores de búsqueda se les pudiera ordenar que borrasen enlaces a cualquier sitio web que publicase contenido sobre una persona que se considere que ha invadido la privacidad de alguien. El debate sobre Privacidad versus Libertad de Expresión es un debate importante e intemporal, que se está volviendo más urgente en la era de internet. Pero es incorrecto el intentar usar los motores de búsqueda para tratar de hacer más difícil de encontrar una información que es legal. Es incorrecto emplear a los motores de búsqueda como una herramienta indirecta de censura, puesto que las leyes europeas sostienen correctamente que el que publique algún material es responsable de su contenido. Obligar a unos intermediarios como los motores de búsqueda para censurar material publicado pos otros tendría un profundo efecto paralizador sobre la libertad de expresión.  

Existen mejores maneras de proteger la privacidad online, teniendo presente que debería ser el publicador de contenido quien es responsable de él. Interesantemente, la propia Agencia Española de Protección de Datos parece estar arribando a esta conclusión. Recientemente publicó una resolución en la que ordena a un sitio web a usar el protocolo robots.txt para excluir algunas de sus páginas de los índices de los motores de búsqueda. Ese es exactamente el enfoque correcto. Ahora, el debate el debate se dirigirá hacia los sitios web que reciban tales órdenes: ¿Deberían excluir algunas de sus páginas de los índices de los motores de búsqueda, en nombre de la privacidad, o bien deberían oponerse, en nombre de la libertad de expresión? Los periódicos de todo el mundo, y en particular sus archivos online, pronto estarán en el ojo de este debate. Creo que los periódicos españoles, como El País, ahora están respetando tales órdenes. Me inclino a pensar que The New York Times no lo haría; a juzgar por su reportaje sobre Dos Asesinos Alemanes exigen Anonimato en una Demanda contra la central de Wikipedia.

Este es un debate difícil y estoy seguro de que diversos publicadores llegarán a diversas conclusiones sobre él. Así es como debería ser.
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