viernes, 8 de marzo de 2013

Charlando de Privacidad con la gente en la Piscina

Traducción del post de Peter Fleischer 20130211


Llevo unos días en Florida para asistir al Salón Legal de la Privacidad, y es una oportunidad de hablar de Privacidad con un montón de expertos en este campo. Pero a menudo pienso que es más divertido hablar de Privacidad con la gente en la piscina. Fort Lauderdale alberga el Salón Internacional de la Fama en Natación, así que es un cambio de escenario respecto a mi habitual piscina en París. No nos quedamos mucho tiempo colgados del borde, así que las conversaciones son cortas.

¿Es la Privacidad más importante que la seguridad? No es cierto. Sin seguridad, te ahogas. Te están hackeando y lo sabes, o te están hackeando y no lo sabes. Imagínate ahogarte sin siquiera darte cuenta. Toda la Privacidad es un edificio temblequeante construido sobre los cimientos de la seguridad. Si los cimientos no son sólidos, entonces el edificio se derrumbará.

La Privacidad es contextual: vivimos en Speedos, pero no podemos ir vestidos así a la oficina. El flujo online echa a perder el contexto, porque coge datos de un contexto y lo reutiliza en otro. La gente atisba, las máquinas registran. No puedes atribuir motivos humanos a una máquina, o enseñarla que mirar con fijeza no es educado.

 La Privacidad va de perderla: nunca prestamos atención a la Privacidad hasta que se ha ido. Como el respirar, no piensas en ello; pero nadando en un largo a tope, si respiras en las brazadas 3, 5, 7... para la 9 reventarás si no respiras.

La Privacidad requiere disciplina: 6 de la mañana, te levantas, vas a la piscina. La gente espera que todo el mundo que tenga sus datos los mantenga con una Privacidad a prueba de errores; en particular con una seguridad acerada, sin excusas, sin días libres. Pero en realidad nada es perfecto y la gente son solo humanos. Como un calambre en mitad de tu natación. Vosotros, jóvenes prometedores, sois más rápidos; pero tenéis la mitad de mis años. Seguro, podéis nadar los 50 metros más rápido que yo, pero ¿podéis aguantar ese ritmo toda una vida?

La  Privacidad requiere transparencia: El entrenador observa tu brazada. La Privacidad debería ser tan transparente como fuera posible. Pero el procesamiento de la Privacidad en el Internet moderno se ha vuelto tan complicado, técnicamente y en términos de escala, que los cerebros humanos apenas pueden ya comprenderlo. ¿Cómo puedo yo captar algoritmos de aprendizaje maquinizado, cuando apenas puedo contar largos de piscina? Y se supone que tienes que explicar todos los aspectos del procesamiento online a un usuario promedio; ¿puedes explicar con palabras un viraje de crol a alguien que no es nadador?

La Privacidad no es un deporte de equipo; aunque nades en equipo, todavía nadas solo. La Privacidad es una construcción social acerca de un ser humano individual identificable. No hay nada que en la Era del Big Data vaya a cambiar el hecho de que la Privacidad va del individuo. Y al revés, si no se trata de un individuo no se trata de Privacidad. El equipo no tiene Privacidad, es algo acerca de cada uno de nosotros individualmente, así como un equipo de Medley (estilos combinados) realmente son cuatro nataciones individuales en una serie.

No hay un sitio llamado Privacidad. Tampoco hay lugar de destino en la natación; simplemente das vueltas y vueltas hasta que tu mente o tu cuerpo dicen basta. La mayoría de mi trabajo en el campo de la privacidad y la tecnología es como un castillo en la arena, convertido en irrelevante por el barrido de la siguiente marea de tecnología. Y sin embargo, nunca dudo de su importancia.

La zona es furtiva. Una via de trabajo y reveses, 10 mil al día, y entonces por un efímero momento en la oscuridad del entrelubricán del alba, mi mente se pone en blanco y todo desaparece salvo la sensación de una onda de éxtasis capturando la visión de la brazada perfecta.
 
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