miércoles, 28 de noviembre de 2012

Grecia: protege la libertad de expresión

Traducción del post de Peter Fleischer 20121102









Seguramente habrás leído sobre el caso ampliamente difundido del periodista griego que publicó la lista de 2.000 griegos que tienen cuentas en bancos suizos. El periodista sufrió un juicio penal por infracción de la legislación de protección de datos. Afortunadamente, los tribunales reconocieron que este periodista publicó los nombres en interés público. Así, el caso confirmó las fuertes sospechas del mundo entero de que los políticos griegos y las élites financieras se estaban protegiendo a si mismas de las investigaciones sobre evasión fiscal. En vez de investigar por qué las autoridades tributarias griegas dejaron de investigar esta lista de 2.000 nombres, después de que dos años antes el IMF le hubiera entregado la lista, las autoridades sometieron a juicio al periodista. Esto fue un intento diáfano de usar el sistema de justicia penal, y la “protección de datos”, como medio de enfriar los intentos de este periodista (y de otros) para revelar la evasión de impuestos y la connivencia política.
Afortunadamente, el tribunal griego desestimó las acusaciones contra el periodista de delito de protección de datos.
Como abogado de privacidad, observo varias cosas. Las leyes de protección de datos en Europa prevén explícitamente una exención de las leyes normales de privacidad, para los propósitos periodísticos, como por ejemplo “necesidad de reconciliar el derecho a la privacidad con las reglas que rigen la libertad de expresión” y por “sustancial interés público”. Los  Artículos 9 y 8 de la Directiva.   Sin duda, este ejemplo griego cumple ambos tests, y el tribunal fue rápido en alcanzar ese resultado.
Sin embargo, me preocupa mucho el alza en la criminalización de las leyes de privacidad, especialmente en el sur de Europa. Una vez que las leyes de privacidad se inscriben en los códigos penales, abren la puerta a los acusadores y jueces penales persiguiendo tales casos con la bruta maquinaria de la justicia penal, respaldados con la amenaza de cárcel. Muchos de tales casos, como este ejemplo griego, son casos con matices en que se equilibran derechos humanos fundamentales, como la privacidad y la libertad de expresión. Nada es más peligroso para la libertad de expresión que el empleo de vagas nociones de “privacidad” para amenazar a los periodistas, o a los periódicos o plataformas de Internet, o a los empleados de las plataformas de Internet, con tiempo de reclusión, cuando están ejerciendo sus derechos a la libertad de expresión o haciendo funcionar plataformas para que otros lo hagan. Hay ahora cientos de casos alrededor del mundo.
Afortunadamente, el sistema judicial griego fue rápido, y resolvió este caso en unos días. Pero muchos de los sistemas de justicia penales son notoriamente lentos. Como informó The Economist, por poner el ejemplo de Italia: “La justicia italiana tiene fama de moverse con mucha lentitud”. Mi propio  juicio penal en Italia  lleva arrastrándose desde hace años, y se espera que la fase de apelación comience pronto, el 4 de Diciembre 2012, después de casi 5 años desde que me “detuviera” la policía italiana en Milán. 5 años es mucho tiempo para poner a alguien a través de un infierno de justicia criminal, en un caso que constituye un hito donde se me intenta hacer responsable de forma indirecta por el contenido generado por un usuario que lo subió a una plataforma de video en Internet.
Albricias, Costa Vaxevanis, respeto tu coraje. Unas fuerzas muy poderosas intentan usar las regulaciones de privacidad penal para restringir la libertad de expresión. Gracias por mantener el tipo frente a ellas.

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